El Frente Amplio –entre otras calamidades- ha iniciado la era de la “política espectáculo”. Un mediocre remedo de la “tinellización” vecina, pero más berreta. Básicamente, la “política espectáculo” convierte cualquier anuncio o acto de gobierno en un show mediático, vacío de contenido pero –a veces- vistoso. Su valor es puramente proselitista. Es el caso de los “Consejos de Ministros”, instancias tradicionalmente sobrias y de trabajo, convertidas hoy en un tablado propagandístico itinerante, demagógico y, por momentos, patético. Este gobierno en vez de gobernar, anuncia. Y lo hace con bombos y platillos, como acaba de hacerlo con el “pre acuerdo” con UPM. Pero esta vez, las cosas son más graves y sus consecuencias imprevisibles. Después de amagues, postergaciones y resbalones varios, finalmente, el gobierno logró concretar un anuncio. Lo hizo, claro, con formato de show mediático, pero la esencia del negocio dejó más dudas que certezas.